miércoles, 16 de marzo de 2016

Un adiós sin sujeto.

Mi madre me contaba de pequeña que si llorábamos mucho nos quedaríamos sin lágrimas, supongo que era muy llorona.
La soledad puede, muchas veces ser parte de tu realidad, una realidad oculta y negada, va ligada a la muerte y al odio. Oscurece tus zonas más claras y provoca a cualquiera desear la muerte, no solo la tuya, la de otros también.
Es el caso de aquella chica, la chica rubia que perdió a su padre en algo peor que la guerra, la vida...

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